Nacido para matar (Full Metal Jacket)



Nacido para matar (Full Metal Jacket) fue la segunda y última película de Stanley Kubrick estrenada en la década del ochenta. Como era costumbre en este director, la respuesta inicial del público y la crítica distó de ser eufórica. Kubrick hacía filmes para la posteridad, no para la taquilla del fin de semana o los festivales; sin embargo, resentía el precio de ser una leyenda viviente: no importaba qué tan buenos fueran sus trabajos, siempre eran comparados desfavorablemente con los que cimentaron su lugar entre los grandes. La ironía es que casi ninguna producción de Kubrick gozó de la aclamación en su lanzamiento original; ni siquiera 2001: odisea del espacio (1968) se salvó de ser incomprendida o, peor aun, ridiculizada. A La naranja mecánica (1971) le llovieron ataques por su estilo frenético y la descripción gráfica de la violencia; con Barry Lyndon (1975) ocurrió todo lo contrario: de pronto Kubrick era un académico que solo provocaba bostezos. Ni qué decir de El resplandor (1980), la más menospreciada de todas por ser un ejercicio de horror demasiado vulgar para los críticos intelectuales y demasiado cerebral para los amantes del género. Hoy esas películas son clásicos, lo que no quiere decir que a todos les hagan gracia, pero han resistido la prueba del tiempo con mayor entereza de lo que alguna vez se vaticinó.

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